¡¡¡¡ música de Guatemala!!!!!

martes, 12 de julio de 2011

Jose Humberto Hernandes Codo


Nació el 5 de julio de 1905 y falleció el 22 de abril de 1965. Destacado periodista, narrador y poeta.

 Su obra fue, en su mayoría, publicada en diarios como El Imparcial, la Hora, Diario de Centroamérica, Nuestro Diario, entre otros. Es un autor que debe ser más difundido y estudiada su obra, experimental y criollista. Delia Quiñónez indica: "El Resucitado es la obra poética de Hernández Cobos estéticamente mejor lograda y la que alcanza jerarquía universal gracias a su temática".


Narrativa:
Las casas sin paredes (novela)
Balandro en tierra (narrativa)
Por'ai por la Parroquia (cuadros de costumbres)


Poesía:
El Resucitado (en el 2006 la Editorial Cultura lo publicó con un estudio introductorio de la poeta Delia Quiñónez).
Loores del Siervo de Dios Pedro de San José Betancur.

5 comentarios:

  1. Yo saque este fragmento de una revista del Colegio de Abogados de Guatemala, que mi papa guardaba con recelo y al fallecer mi senor padre Licenciado Jorge Humberto Samayoa Moreira, quise compartirlo. Atentamente Claudia Carolina Samayoa Samayoa.




    J. HUMBERTO HERNANDEZ COBOS

    Fragmentos de “El Resucitado”
    II
    “A VOSOTROS, lúgubres inventores de la muerte,
    os declaro asesinos.
    Con la idea de que un padre está muerto, le matáis de verdad.
    Habéis llenado de crespones la ventana del día,
    de quejumbrosos canticos el aire de los ruiseñores,
    y de un aroma de moho el aliento del lirio.
    Nos topamos por todas partes con el letal invento
    financiado por los hombres que saben que la muerte no existe.
    Pagáis imbécilmente porque ojos ajenos lloren
    y hasta reserváis hotelaje celestial a los deudos.

    Yo, ciertamente, he visto salir los ataúdes de vuestras casas,
    y a la tierra inundar esas balsas. Os vi regresar solos.

    Más no estáis solos: se levantan y cruzan las paredes de los mausoleos
    y como nunca les vi fieles junto a vosotros.
    Sufren, porque les creéis ausentes definitivos.
    Lloran cuando borráis con cal de olvido sus nombres en las paredes, cuando vendéis por inútil el sillón donde acostumbraban descansar,
    cuando quemáis sus ropas,
    su pipa apagada,
    sus zapatos detenidos.

    Cuando volvéis del sepelio, ellos os esperan en la puerta, afligidos, esperanzados a que no empezaran a morir en vosotros.
    ¡Y traicionáis esa esperanza!
    Procedéis como si estuvieran lejanos, cortados a vuestra vida.

    Pero ellos están allí… silenciosos. Exactos.
    Y cuando lloráis, efectivamente empiezan a morir, a irse,
    porque su vida está en vosotros.
    Como dagas les hieren las flores que lleváis a su tumba.
    Porque ello es evidencia de que estáis convencidos.
    Yo os pido un rayo de duda, de incertidumbre saludable,
    así empezareis lentamente a comprender,
    pero no es posible y no es cierto.
    Os aseguro que no hay muerte……
    Cuando pensáis, en el fulgurante pensamiento
    esta savia estelar del padre;
    cuando amáis, en el más suave temblor de ternura está la madre;
    si mesáis el cabello de los niños que pasan,
    están vivos los hijos enterrados.
    En tu más noble página, cuando está en perihelio el espíritu,
    están en ti tus muertos.

    Guardad la vieja pipa, dejadla donde la puso ya para irse,
    dejad los zapatos en el mismo punto en que empezaron
    a separarse los pies.

    No pintéis de olvido los jugosos rincones de la casa.
    Ellos están allí, sonriendo. Consultadles y oiréis sus respuestas.
    Contempladlos en la suave penumbra, llamadlos…….
    Allí están esperando…. ¿Cómo podrían estar muertos,
    Si no los tratáis como tales?

    Día a día vuelven mansos, humildes, sin ruido,
    a mirar como sigue fluyendo su sangre en vosotros y los nietos.
    Tened alerta el espíritu a sus mensajes finos: un pájaro que cruza,
    la flor que se derrumba, una alegría inesperada
    que se cuela en la casa…

    Y más que todo, una secreta fuerza de amar la vida, de fe en ti mismo.
    Sólo vosotros podréis darles la vida,
    ELLOS ESTAN. NO SE HAN IDO. NO LES MATEIS CON VUESTRO LUTO.

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  2. ¿Alguien sabe si José Humberto Hernandez Cobosestaba casado? ¿Tuvo hijos? ¿A qué universidad asistió? Estoy haciendo un proyecto para el colegio y necesito esa información. Agradecería que alguien me contestara estas preguntas.

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  3. Quienes fueron sus padres?

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