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jueves, 30 de junio de 2011

Rodolfo Abularach

Rodolfo Abularach, nacido en Guatemala en 1933, y perteneciente a una brillante generación de artistas nacionales partió en 1959 con una beca de estudios a Nueva York, ciudad en la que decidió radicarse y desde donde ha realizado lo más relevante de su producción plástica.
El realismo, en la obra de Rodolfo Abularach, constituye una auténtica experiencia humana y una manera de manifestar su yo interior. Sus concepciones básicas son testimonios que ilustran la realidad tangible del ser humano.
En su visión de conjunto subyacen energías creadoras, que surgen como símbolo e imagen, que justifican la fe del autor por crear un orden puro y supremo. Excelente dibujante y grabador, en sus obras coinciden la técnica más firme y rigurosa cuyo oficio está al servicio de su creación. En estas últimas surge una imaginación "barroca" y un tanto agresiva. En la etapa de los "Ojos" en donde cada elemento, cada línea de gran precisión y de gran pureza de contenido crean un sentido de rara voluptuosidad y espiritualidad.

La creación por ciclos es una característica de este pintor. Entendemos por ello que su arte va evolucionando apoyándose en la excelente técnica de estos períodos que exponen los problemas de la vida con objetividad, como fuente y destino a un mismo tiempo
Abularach basa su pintura en cierta grandeza conceptual, la basa también en la categoría de lo plástico, de la técnica, y en lo ceñido de la factura, sin que el acabado se acerque a lo objetivo como fin. Crea un realismo subjetivo y fantasmal, sobre todo en el tratamiento de la luz y sus misteriosas entonaciones. En la serie de los "Ojos" por metafísica que sea su mitología, bien sabemos que, como todas las mitologías, en ellas siempre late un poderoso sentimiento humano.
En toda su obra todo puede ser y parecer, aunque bajo la contundencia de esa realidad translúcida se puede esconder una gran dosis de lo enigmático, de lo que no se puede explicar ni decir. La serie "Los volcanes", están exentos de la presencia del hombre; aquí todo es real y todo es irreal a un tiempo en estas pinturas intrigantes. El colorido domina tanto como en la textura. Rodolfo Abularach no trata de tematizar la representación en su aspecto simbólico. De ahí que lo que este pintor representa trascienda un fuerte aliento espiritual y a la vez natural. Abularach es el gran maestro del grabado, un dominador preciso de la línea y de la técnica. Su reconocimiento como tal no se hizo esperar.
En sus últimas obras, divide los espacios del espectáculo en formas comunicantes a través de desenfoques misteriosos. Así el pintor enlaza imágenes fantasmagóricas a una especie de rigor escenográfico, jugando con una intención psicológica.
algunas de sus obras:

  • Ojo Magnético 1970
  • Rodolfo Abularach  Ulises  1970
  • En la obra Ave silvestre (1959)
  • Popol Vuh, óleo fechado en 1957


Este 2010 se declaró a Rodolfo Abularach como artista del año en Guatemala : muy merecido homenaje

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