De su producción literaria carecen de mayor interés sus pocas poesías castellanas, y tampoco hubiera pasado a la historia de las letras por sus sermones, ni por su Funebri declamatio pro iustis (1766) sobre el prelado Francisco Figueredo y Victoria. Su obra fundamental es el poema en hexámetros latinosRusticatio Mexicana, cuyo título completo es Rusticatio Mexicana, seu rariora quaedam ex agris Mexicanis decerpta, obra que ha motivado que algunos hayan llegado a llamar al autor Virgilio americano. Landívar publicó dos ediciones de su obra: la primera en Módena, en 1781 y la segunda, corregida y ampliada, en Bolonia en 1782. La obra contenía algunas ilustraciones hechas por el propio autor que, sin ser artísticas, son académicas y correctas.
Sus reflexiones acerca de la fauna y flora guatemaltecas son enormes frescos tropicales, donde el lector puede imaginar la belleza de las aves y la del escenario que las circundaba. Es inevitable ligar este tipo de tratamiento a obras como laGrandeza mexicana de Bernardo de Balbuena y la Silva a la agricultura de la zona tórrida, del escritor venezolano Andrés Bello, porque, como sucede con éste, la visión de América que Landívar ofrece proviene de ojos y sensibilidad americanos.
Otro aspecto importante en la obra de Landívar es su acierto en presentar una visión real del trabajador en el período colonial, despojada de un romanticismo idealista que podría crear una imagen menos efectiva. Lo cierto es que la Rusticatio Mexicanaparece, en opinión de los críticos, una monografía de Guatemala, en donde no se ocultan los aspectos negativos, porque hay en el escritor la ambición de elaborar una especie de catálogo de lo que América ofrecía al mundo europeo, como era típico de las ideas de la Ilustración. La nostalgia de su tierra desempeña un papel muy importante en la escritura de esta obra, cuyas escenas, tan reales por momentos, son producto de la distancia impuesta por el exilio.

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